Mujeres…

La historia está «llena» de hombres y mujeres que dieron sus vidas por el bien de la humanidad. Algunos llevados por sus más nobles pensamientos y otros manipulados por la política de sus gobiernos. Las feministas van a tomar lo peor de esta publicación, y los machistas, ya saben…

Las mujeres no son mejores que los hombres. Vamos a ver por qué: si lo vemos de este modo, todos somos humanos (TSH). Dejamos de lado ese feminismo banal y vulgar, y el machismo desmedido. Harto escuchamos o leemos en las redes y por todos los medios (en vano afán por exaltar a la mujer) que ellas traen a la luz a mujeres y hombres. Por medio de ellas venimos al mundo, y a muchos hacen crecer. Nos brindan su apoyo y nos ayudan a enfrentar las dificultades en esta vida. Nos llenan de amor y nos proporcionan placer. Nos cuidan y nos miman. Nos y muchos nos… Sería una lista enorme y en verdad hay mujeres que merecen la corona o un pedestal. Sin embargo, ellas no pueden hacer todo eso, sin la participación de los hombres. Nosotros igual damos todo por ellas, les proporcionamos la semilla que las hace madres. Sin el hombre la mujer nunca será madre. Las amamos y admiramos. Las queremos y ayudamos. Las y muchos más las… Como la lista de ellas, la nuestra es muy larga. Celos? Traición? Desamor? Hay de ambos y de las dos partes. El hombre y la mujer son humanos por igual. Hombres y mujeres caen y se levantan cada día. Aman y traicionan. Son fieles y a la vez desean, a quien miran con ese afán de posesión. Muchas veces, no eres más que una opción y no la prioridad para ellas. Eres lo que ellas necesitan por decirlo de una forma simple, desde el punto de vista económico. Aunque trabajen y perciban sus salarios, que no les alcanza, la mayoría busca sostén y seguridad en los hombres. Vemos a miles de mujeres profesionales con hombres mediocres y negociantes, y pudiéramos decir que ellos también tienen derecho. Tener una mujer buena y agradable se ha vuelto quimera. Las feministas dicen que no hay hombres leales y que somos todos iguales. Los machistas ven a las damas como unas putas y de esta forma las tratan. Hay señoras y señoritas que exigen ser tratadas en la intimidad como rameras, y fuera de la cama, como princesas y reinas. No existe cosa más paradójica que el espíritu femenino, diría M. Lermontov en su drama romántico «Un héroe de nuestro tiempo». Sus miradas prometen e invitan y el tono de su voz rechaza. Te pasan de lado y no saludan o te ignoran, cuando no cumples sus expectativas. Se creen ángeles o seres superiores. Se venden por las redes y en la vida social difrutan vestir con provocación, pero no para ti. Ellas lo hacen para aquellos que tienen dinero. Las modas entran por ellas a un país o nación. Los cosméticos y miles de mierdas que no enriquecen el espíritu sino su cuerpo y sus instintos carnales. Dice la biblia: mujer virtuosa dónde hallarás… Nos tachan de patriarcales y en varias épocas fueron esclavas sexuales, siendo que hoy escogen de nuevo y de manera voluntaria, sus antiguas profesiones. Incluso mujeres cultas y estudiadas, sirven como prostitutas a muchos hombres. Se casan muchas veces con idiotas que luego las dejan, traicionan o hacen de ellas lo peor. Fuman y beben por placer o por complacer a los hombres que las poseen. En fin, hombre y mujer por igual. Machistas y feministas. Seres humanos imperfectos y mortales. Tratemos de ser mejores y un poco menos egoístas, dijo nuestro querido Silvio en su «Cita con ángeles» refiriéndose no a ellas, pero es buena la aclaración.

Mujeres… R. Arjona