Todos estamos pasando por lo mismo. El problema de los apagones. La escases de alimentos. Los precios altos. El dinero no alcanza. Todos tocamos fondo y no vemos el fin de todo esto. Se nos muere la esperanza. Se nos acaba la vida. El estrés que te mata. Las enfermedades. La falta de medicamentos. De nuevo los malditos precios. Los exiguos salarios. El transporte. La corriente. Todos… Pero un maestro… Un profesor… No puede dejar de enseñar con amor y ayudar… Ayudar hasta el final… En vez de amenazar y molestar. Si no estudias tienes 2. Si no copias en tu libreta 2. Si esto… O si aquello… 2. Si te ríes 2 y si lloras 2. Eso no es un maestro. El verdadero maestro es amor. Es paciencia. Respeto y dedicación. Sacrificio y humanidad. Sí. Los maestros somos unos desgraciados o tenemos que aparentar ser unos desgraciados felices. Aunque nos queme por dentro, tanta felicidad amarga y tantas lágrimas, por nosotros y por nuestros hijos. Además… Un maestro no solo tiene hijos carnales o biológicos… Todos aquellos que «educa» son sus hijos. Por eso, se les llama educandos y al maestro educador. Y no sólo tiene hijos adolescentes… Los hay mayores… Incluso más «adultos» que el maestro. Y los tiene, porque hay adultos que no pudieron hacer sus estudios de adolescentes. Cada persona, una vida. Cada ser una historia. Y el maestro… Y los médicos… Educan y salvan vidas. No nacen o estudian para matar o hacer sentir mal a los demás. Aunque somos humanos y débiles mortales… Tenemos que ser como dioses. Fuertes con los problemas y amantes con los mortales. Tenemos que ser como los ángeles. Feroces con los demonios y dulces con los humanos. Y sabemos que hay muchos humanos demonios, y muchos mortales dioses. No son los títulos… Es cómo tratas a los demás lo que eres. No son los problemas… Es el amor que irradias y cómo educas o enseñas. No hay asignaturas malas, hay profesores que no saben educar o ser un evangelio vivo. Y este que les habla no es el mejor ni el más perfecto, pero conoce muy bien la diferencia. Feliz día del amor a todos los educadores. Hoy es un día para sonreír a pesar de los problemas y amar aunque se nos muera la esperanza… Morir no es el fin. Es una liberación. Vive como si fueras a morir mañana.

Caballero de Cristo (templario) tu espíritu irrita a los demonios y cuando ellos desatan tu ira 💢 entonces aparecen ante vos como insignificantes y repulsivos insectos, fáciles de aplastar y desaparecer. Y si no logras tu victoria, no temas caer o morir superado por las huestes negras del mal. No temas a la muerte. Ella espera como una dama regia y elegante, vestida de negro, dispuesta para la cena o reunión, el baile o la ceremonia.

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